Comentarios incómodos para una sociedad que duerme

A propósito de las cifras que dicen que en Colombia seguimos todavía con casi el 50% de pobreza, me gustaría que alguien me ayudara a explicarle a ese 50% de colombianos que siguió pobre después de 8 largos años, cómo fue que Uribe transformó este país, porque ellos -por ignorantes, será- creo que no se dieron cuenta (ver este artículo). Por ahí derecho, ayúdenme también a entender esa curiosa voluntad que no obstante tiene esta misma gente para querer que todo siga igual, para seguir creyendo que la continuidad es lo mejor para todos. Falta de educación, ¿tal vez? ¿Falta del lapicito aquel?

Yo sí que me di cuenta del cambio: a mí ya no me secuestran, ya puedo pagar los peajes más caros del mundo para ir a la finca y salir a un campo desalojado de tanto desplazado, andando por carreteras bien vigiladas. Bueno, vigiladas no sé hasta cuándo. ¿Será para siempre? Para siempre secuestrados, ¿sólo que ahora por un miedo con el cual nos manipulan? Yo sí me di cuenta porque 'mi presidente' se obsesionó con hacer la guerra trabajando como sólo él sabe hacerlo, de sol a sol y con un impecable manejo mediático que le ayudó para construir su imagen mesiánica delegando muy poco en los demás… en sus ministros por ejemplo, que… bueno… juzguen ustedes por el estado de la salud y la infraestructura en este país. Es que uno no puede hacerlo todo. Saber delegar es una cualidad indispensable, dicen los mejores textos de administración. El chiste no es que uno sea el protagonista, sino en hacer que todo el equipo sea protagonista -o mejor aún-
que toda la sociedad sea la protagonista, mediante su cambio cultural.

En últimas este fue un presidente que supo aprovechar a la perfección a una sociedad cegada por la desilusión y la rabia luego de haber sido vilmente violada por lo ocurrido en el Caguán. Muchas gracias Presidente, aunque hay veces no sé. ¿No será que -como se nos ha advertido toda la vida y nada que entendemos (¿dónde están los pedagogos?)- tanta guerra y tanta bala genera más guerra y más bala? ¿Que tanto odio, a largo plazo genera mucho más odio, y que mejor nos hubiera ido atacando los problemas en su raíz, en lo cultural, quizás?

Pero bueno, gracias Presidente, gracias por haberse preocupado tanto por mí. Los demás… no sé. Que cada cual se defienda como pueda y se embejuque si le da la gana. Las consecuencias me tienen sin cuidado… por ahora. Usted simplemente manténgame todo bien vigiladito, con una buena dosis de seguridad democrática por supuesto, para que por ahí derecho los inversionistas sigan llegando y los indicadores macroeconómicos de la 'patria' (el estribillo manipulador) se sigan disparando y todo siga pareciendo estar muy bien (ver este artículo).

Volviendo al tema, a la supuesta piedrita en el zapato… ¡qué va! A juzgar por lo que piensa la mayoría de los colombianos a la que le gusta más andar armada de fusiles que de libros y que le gusta que la gobierne gente verraca, los gobiernos no son para asegurarse de que la mayoría de la gente viva dignamente. Los gobiernos son para otra cosa. Para eso no se gobierna... ¡ingenuo! ¿¡Preocuparse por la desigualdad!? Esos son cuentos chimbos de algún místico de otras épocas, un Jesús, un Buda, algo así bien lejano. Unos pobres tipos que si hoy en día se nos aparecieran en la puerta de la casa, dizque a defender los derechos de los pobres -vaya usted a creer- no titubearíamos en tirarles la puerta en las narices por locos. ¿Medir la gestión de Uribe por semejante babosada? Qué burrada. Uribe, un ejemplar cristiano eso sí, ha sido lo mejor que le ha pasado a la 'patria' y punto. Además, así lo dicen los medios, nuestros muy desinteresados e imparciales medios de comunicación.

Viva José Obdulio, viva Fernando Londoño, viva Valencia Cossio, viva Yidis, viva Uribito, viva La Gata, viva Sabas, (uy, este texto se empieza a poner pesadito)… ah, y viva Juan Manuel. Por favor, queremos que ustedes sigan manejando las riendas de este país, queremos seguir oyendo mucho más de todos ustedes, queremos que nuestros hijos crezcan bajo su tutela y sigan su ejemplo. Bueno y a propósito, ¿cómo hace uno para rodearse de gente así, generar tantos escándalos por corrupción, y salir incólume? Una pregunta más para todos ustedes.

En cuanto a Juan Manuel, para tomar a sólo uno de ellos, me gustaría por último invitarlos a hacer un ejercicio de reflexión. Si yo fuera en un carro por una autopista acompañado por un político curtido como Juan Manuel y por el 'inexperimentado-en-esas-lides' profesor Mockus, y cometiera una infracción, ¿cuál creen que sería el desenlace si cada uno de ellos fuera a hablar con el policía? ¿Con quién mandarían a su hijo para ver cómo se manejan estas situaciones? Y ojo, que este es un excelente ejercicio de visualización. Inmerso en la actual cultura criolla, tal vez uno se identifique más con lo que sabemos que muy seguramente haría Juan Manuel, nuestro picarón jugador de póker que ha demostrado todo su potencial en esta campaña. Pero ahí está el cui del asunto. O nos vamos por aquello con lo que por nuestra idiosincrasia actual nos identificamos, con aquello a lo que estamos acostumbrados y con lo que nos sentimos seguros -como cuando con todo el facilismo decimos: "no, es que en Colombia se necesita gente curtida que conozca y sepa manejar este país tan torcido"- o escogemos dejar ese miedo tan mediocre, manipulador y manoseador y optamos por una manera nueva y diferente de hacer las cosas.

Así pues que, ¿sí será que este país se transformó? O será que cultural y económicamente siguió estando igualitico, solo que ahora sumido en una hipnosis profunda inducida hábilmente por nuestro gran maestro del hipnotismo. Un tipo inteligentísimo Uribe, sin lugar a dudas, que desde un principio se las ingenió para convencernos de que todo iba muy bien, pero al que apenas ahora se le empiezan a ver los lunares gracias a que algunos cuantos se le empiezan a despertar. ¿No será más bien que estamos, nada menos y nada más, ante una gran oportunidad que sólo este país se da el lujo de tener en Latinoamérica? La oportunidad de no tener que pasar por el recalcitrante resentimiento de la izquierda, sino de ubicarse de una vez en un centro ecuánime que no se deja vapulear por la pasión y desde donde puede tratar de arreglar los problemas con la sensatez que un país como el nuestro, tan trajinado y guerreado durante tantos años, se merece.

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* Recomendación aquí entre nos: una opción es hacer lo que en ocasiones hago cuando me asalta la conciencia con este tipo de nimiedades... etiquetar y desechar esto rápidamente como una simple mamertada de poco gusto, pasada de moda y malagradecida, para así poder irme a dormir bien-bien tranquilito esta noche. Ah, e ir a misa… indispensable ir a misa. Así salgo del paso facilito-facilito, rapidito-rapidito. Nooo, que mamera pensar en todo esto y que falta de glamour. Que mamera pensar en que vivimos en una sociedad tan vergonzosamente cobarde donde no somos capaces de ser lo suficientemente sensatos (no izquierdistas, sin ismos por favor, con puro sentido común basta y sobra) para darles las mismas posibilidades de bienestar a todos los ciudadanos, para que los rencores generados no se nos devuelvan como un boomerang a nuestras bocas abiertas por la estupidez.

** Matemáticas (que están de moda) para los más despistados : 50% de pobreza significa que si usted toma a dos colombianos aleatoriamente de un montón, las posibilidades son muy altas de que uno esté pasando hambre y el otro no. 1 de 2, 50 de 100, 500 de 1.000, 23 millones de 46 millones (uy, ¡¡¿tantos?!!). Lo que pasa es que hay veces -por andar tan bien custodiaditos- los que sí tenemos, poco nos damos cuenta de los problemas de los que no tienen. Por eso es bueno tener a alguien que sepa de matemáticas para que nos explique estas cosas, así parezca loco. Porque es que esos locos por los que uno no da ni un peso, a veces terminan transformando -pero de verdad transformando- poblaciones enteras de 7 millones de habitantes en adelante, por ejemplo. Porque una cosa es que parezcan locos y otra que uno no tenga la capacidad para entenderlos.

*** PD: Pero nada de rencores. Cada cual entiende y aprende -para meterle pedagogía a la cosa- las cosas a su debido tiempo y desde su propia óptica, y cada persona y cada país escoge los gobernantes y el destino que se merece. Así que vote a conciencia. Vote por el que sea, pero vote a conciencia.

Rótenlo si les parece, pero a conciencia…